Especializaciones

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La actividad profesional en los diversos campos del quehacer psicológico - psicoterapéutica, pericial, consultoría, orientación vocacional, otras - requiere la generación de conocimientos a través de prácticas diagnósticas que contribuyan a la toma de decisiones, fundamentando una recomendación terapéutica, un dictamen pericial, la selección de sujetos para determinados puestos de trabajo, etc., y que aporten datos cuando se requiere la evaluación de los cambios/ logros alcanzados en el transcurso o al final de una intervención específica (tratamiento, capacitación, rehabilitación a cargo de equipo de especialistas, otras). Históricamente, el Diagnóstico Psicológico fue y es considerado una práctica necesaria para la toma de decisiones en Salud, Justicia, Educación, Trabajo. Hay que tener en cuenta que a los tradicionales campos de inserción laboral se suman nuevas demandas - prevención, especialización, investigación- vinculadas con problemas emergentes de los cambios sociales y con las demandas de la comunidad. Acorde a la amplitud del campo de aplicación, se considera el impacto de la tarea del Psicólogo, en su carácter de experto, lo cual requiere sistematización, profundización de los conocimientos adquiridos y actualización permanente, una vez graduado. La Evaluación Psicológica, con ésta u otra denominación (Psicodiagnóstico, Diagnóstico Psicológico) según las distintas tradiciones teóricas y los diversos espacios geográficos, es una práctica que identifica el rol del Psicólogo, tanto para su práctica individual como para el trabajo en equipos y en prácticas interdisciplinarias. En Argentina, por tradición, se asocia el nombre Psicodiagnóstico con el campo de la clínica y de la psicoterapia, reservando para otros campos los conceptos de Evaluación y/o Diagnóstico Psicológico (Nazur, 2003). En España y en otros países estos términos se usan como sinónimos (Fernández Ballesteros, 1980). Sin duda, en estas posiciones subyacen cuestiones histórico-sociales, políticas y epistemológicas. Evaluación, en la lengua castellana, implica la noción de valoración más que la de conocimiento. En la lengua inglesa, hay dos palabras:
  1. Assessment, diagnóstico o evaluación de sujetos, individualmente o en grupo. Se aplica a la evaluación psicológica propiamente dicha.
  2. Evaluation, atribución de un valor a un objeto de estudio: proyecto, programa, organización, servicios asistenciales, etc. Puesto que ambos términos anglosajones se fusionan en un exclusivo término castellano, se hace necesario especificar a qué se hace referencia cuando se usa evaluación. Abuchaem (1979) desde un análisis etimológico del término Psicodiagnóstico y sus derivados, lo define como distintivo, que permite distinguir, discernir, conocer, penetrar, seguir la pista, seguir las huellas. Siguiendo esta línea, se toman como sinónimos Psicodiagnóstico, Evaluación y Diagnóstico Psicológico, en el sentido de práctica productora de conocimientos acerca de sujetos, individualmente o en grupo, desde una perspectiva psicológica, y con fines específicos según las características de la demanda. El enfoque propuesto en la Carrera de Especialización en Evaluación y Diagnóstico Psicológico se basa en la concepción de que “entre el saber decir y el saber hacer hay un salto” (Pozo Municio, 2002). Supone la integración de conocimientos académicos (descriptivos y conceptuales) con el aprendizaje y/o perfeccionamiento de procedimientos, a fin de lograr el dominio estratégico requerido para la práctica psicodiagnóstica.
La Carrera de Posgrado de “Especialización en Psicología Jurídico Forense” reconoce en su basamento el entrecruzamiento discursivo entre el discurso Jurídico -y sus relaciones con el poder constituido- y el discurso de la Psicología -y sus relaciones con el estudio de la constitución del sujeto. Resultará así, tanto un desarrollo necesario para la ampliación y consolidación del ejercicio profesional, como un lugar privilegiado para la articulación de los saberes expertos y la reflexión intelectual crítica frente a las demandas y requerimientos prácticos, que desde las instituciones jurídicas surgen hacia el saber del psicólogo. La Especialización situará la pregunta por el Sujeto en su articulación normativa como el punto de reconocimiento de su especificidad, lo que constituye a su vez el referente ético de observación disciplinar en el marco de los Derechos Humanos. Las demandas y solicitudes de intervención a los profesionales psicólogos, tales como convocatoria a pericias, asesoramientos, intervenciones institucionales, investigaciones y otras, se han diversificado y multiplicado notablemente en los últimos años. Y ello, no solo en los diferentes fueros de justicia sino también en organismos carcelarios, defensorías del pueblo, oficinas de violencia de género, instituciones del ámbito penal juvenil, hogares para niños privados de cuidados parentales etc. Todo lo cual plantea, la necesidad de desarrollar estudios de profundización sistemática de las cuestiones referidas, a los fines de responder con solidez formativa y fundamento científico a tales demandas, que constituyen un amplio y exigente campo de trabajo profesional e investigativo para los profesionales de la Psicología. Tal el desafío de la presente Especialización.- Si la Especialización en Psicología Jurídico Forense es de su interés lo invitamos a completar el formulario, que reviste el carácter de Preinscripción dado que los cupos son limitados https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdObf1b09lJJ1E6ny9Miprx583-SgO-O8M1VEGrfjerrINOLQ/viewform?usp=sf_link Para mayores informes: posgrado.inscripciones@psicologia.unt.edu.ar



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